Las bahías y los estuarios son cuerpos de agua en los que los ambientes marinos y de agua dulce se entremezclan. El ecosistema de la Bahía depende del agua dulce que fluye aguas abajo desde los ríos, bayous y arroyos. La cantidad y la ubicación temporal del caudal afluente de agua dulce están directamente relacionadas con la ) hasta marina (35 PSU) y depende de las mareas, el momento y la locación de la lluvia.»]salinidad, la disponibilidad de nutrientes para impulsar la red alimentaria y la disponibilidad de sedimentos que apoyan los hábitats de la Bahía.
En promedio, la región de Houston-Galveston recibe entre 40 y 50 pulgadas de lluvia cada año. Sin embargo, la región sufrió una sequía extrema entre el 2010 y el 2012, con condiciones extremadamente secas en el año 2011. En el 2015 y 2016, las tasas de precipitación estuvieron de nuevo por encima del promedio, con inundaciones importantes en mayo y abril de esos años respectivamente. Las tasas de lluvia de 2017 establecieron récords debido al huracán Harvey, y el 2018 tuvo caudales afluentes aún mayores.
En 2022, lanzaremos un nuevo sistema de clasificación para caudales afluentes de agua dulce. Está claro que la vida silvestre de la Bahía de Galveston se ve afectada por los eventos de flujo extremo bajo y alto. El uso del agua y la variabilidad del clima pueden resultar en eventos de flujo extremadamente bajo y flujo extremadamente alto durante el mismo año. Con el fin de capturar esa variabilidad y la amenaza a los caudales afluentes de agua dulce en la región, ahora se calculan tanto eventos de flujo bajo como de alto flujo, y se agrupan en tres años de datos mensuales, en comparación con el período de registro (1940-2020, el año de datos más reciente). Los gráficos a continuación representan las calificaciones basadas en la frecuencia de eventos de flujo muy alto y muy bajo, agrupados en intervalos de tres años. Para el período de 2018-2020, los eventos de flujo bajo recibieron una calificación de A y los eventos de flujo alto recibieron una calificación de D. Los años de flujo extremadamente alto (como 2015-2017) recibieron una calificación F para flujo alto y una calificación de A para flujo bajo. La última gran sequía de Texas (2010-2013) resultó en calificaciones de flujo bajo de D y B para 2009-2011 y 2012-2014, respectivamente. Los años históricos de sequía de 1950-1957 recibieron calificaciones de caudales afluentes de agua dulce de bajo flujo de D, F y F para 1949-1951, 1952-1954 y 1955-1957.
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